DEL KFC A LA CARPA AZUL

La noche del Jueves, sin querer la pasamos rebién. Nos encontramos exactamente a las 10:30 p.m. Vivi, Saulo y quien escribe, en el KFC de La Marina, específicamente en la Triple, denominada así pues allí se encuentran Pizza Hut, Buger y Kentucky, los 3 negocios en un mismo local.

Esperamos hasta las 11 p.m., hora en la que nuestra amiga Joyce saldría de laborar. Bueno gracias a ella conseguimos que sus amigos que trabajan en KFC (junto con ella) nos agrandaran nuestro pedido sin incrementar 1 sol adicional, es decir nos hicieron la gauchada.

Para que, nos sirvieron muy bien. Aunque cabe destacar que yo esperaba comer mínimo unas 3 ensaladas, pues me encantan las que preparan en Kentucky, pero nada de nada. Mis grandes amigas a las cuales les pedimos que traigan el pedido, olvidaron pedir las ensaladas, hasta cuando Dios mío, mas mal mandadas.

Eso ocurrió el pasado jueves. Al día siguiente quedamos nuevamente para salir, pero lamentablemente para nosotros, pero bien para ella, llamaron a Joyce para trabajar de urgencia en el KFC, ahora si en su local recién inaugurado de Sucre.

Bueno sin querer a eso de la media noche me encontré con mi pataza Pol Alva, nos fuimos a comer una salchipapa, cuando de la nada bajó de un taxi, recien llegada del trabajo, nuestra amiga Joyce. Así que nos fuimos directamente a la carpa Azul ubicada en Atahualpa a 2 cuadras de la Av. Callao (me imagino que la dueña del negocio después de este tremendo cherry se portará con algo)

Pedimos una salchipapa, una alita y una hamburguesa, nos acordamos de nuestra amiga Vivi, a quien llamamos inmediatamente y después de decirnos que no vendría pues ya estaba durmiendo, se apareció transcurridos 5 minutos.

Vivi pidió una salchipapa, y un anticucho adicional para los 4 fue el cariño de Pol (mas duro mi compadre no puede ser) Obviamente el mencionado anticucho no soportó el apuro de Joyce y Pol (tremendos tragones)

Mientras Viviana chismeaba sobre su amiga que vive en San Martín que es mas sana que la madre Teresa (según ella, ¡ya pues!), nos tomamos varias fotos chongueras y después de una hora de risa y risa, terminamos esta corta, pero muy amena noche a eso de las 2:00 a.m. Solo faltaron las chelas.

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